Los dentistas sufrimos serias carencias imaginativas. Todos los días pasan por nuestras manos personas acongojadas que saben que vienen a sufrir. Imposible la empatía, imposible compartir su dolor. Cerramos voluntariamente nuestra imaginación para salvaguardar nuestra cordura.
Pero acarrea consecuencias. A mi, por ejemplo, me resulta extremadamente difícil imaginar algún tema interesante sobre el que escribir. Así husmeo por blogs ajenos, y de vez en cuando salta la chispa. Como hoy leyendo este post en La Realidad Estupefaciente. Claro, y voy y meto una 'respuesta tamaño post' para tratar de robarle algo de protagonismo a quien realmente tuvo la idea.
¡Cómo somos los dentistas!
Esto ni es un blog ni es nada.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario